Tips Nutrición
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Publicado por: admin
Fecha: 28 junio, 2023
La dieta mediterránea es considerada uno de los patrones dietarios con mayor evidencia científica acumulada en cuanto a sus beneficios en salud humana, siendo cada vez mayor el interés del mundo científico en el estudio de su rol preventivo y como tratamiento en diversas patologías asociadas a inflamación crónica, como síndrome metabólico, diabetes, enfermedad cardiovascular (ECV), enfermedades neurodegenerativas y cáncer, entre otras.
El concepto de DMed se popularizó a mediados del siglo pasado como consecuencia del “Estudio de los Siete Países”, realizado entre 1958 y 1964 donde se compararon los hábitos dietéticos de diferentes países (7 en total). El seguimiento de estas poblaciones durante 5-15 años confirmó una menor mortalidad por enfermedad coronaria y general y una mayor expectativa de vida en los países mediterráneos, particularmente en Grecia.
El análisis global del “Estudio de los Siete Países” permitió definir los componentes de la dieta que se asociaban con una mayor expectativa de vida y una menor incidencia de enfermedades crónicas.
La dieta de los países europeos como España, Francia, Italia y Grecia, también norte de África y Medio Oriente, presenta características comunes que incluyen:
La definición de Dieta Mediterránea no solamente incluye una gran variedad de alimentos, sino que también recomienda una determinada frecuencia de consumo de éstos.
Adicionalmente, la Dieta Mediterránea pone énfasis en la preparación de comidas sabrosas, más que en la restricción estricta de alimentos específicos. Así, esta dieta propone un consumo diverso de alimentos, con moderación y acompañados de vino tinto, disfrutando socialmente en un ambiente tranquilo y relajado, todo lo cual, junto a la práctica de actividad física regular, forma parte del estilo de vida mediterráneo. En 2010, esta dieta fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Los componentes bioactivos mejor conocidos como responsables de los efectos beneficiosos de esta dieta son los antioxidantes, la fibra y los fitoesteroles, provenientes de productos vegetales, verduras, frutas, legumbres, aceite de oliva virgen y vino; los ácidos grasos monoinsaturados presentes en el aceite de oliva; los ácidos grasos omega-3 provenientes de productos marinos y de frutos secos; y los probióticos derivados de alimentos fermentados como queso y yogur, entre otros.
A través de múltiples mecanismos sinérgicos derivados de la presencia de estos componentes, la Dieta Mediterránea genera diversos cambios fisiológicos y metabólicos (por ejemplo mejoría en perfil de antioxidantes, perfil lipídico, presión arterial, inflamación y coagulación, además de modulación en la expresión génica), que, en último término, determinan un menor riesgo de enfermedades crónicas, mayor longevidad y mejor calidad de vida.
Además, recomienda un bajo consumo de alimentos reconocidamente nocivos para la salud, como grasas saturadas e hidratos de carbono simples, los cuales han sido asociados consistentemente con mayor riesgo de arteriosclerosis y diabetes mellitus, respectivamente.
Asimismo, el menor consumo de sal como aderezo en las comidas, la cual es reemplazada por especias y condimentos, determina un menor consumo total de sodio. Esto, junto a una mayor ingesta de potasio y magnesio, proveniente de frutas y verduras, beneficia al sistema cardiovascular disminuyendo la presión arterial y preservando la función endotelial.
Por todos sus beneficios se recomienda seguir las recomendaciones de la dieta Mediterránea, sobre todo en nuestro país, donde se dan las características necesarias para la producción de alimentos propios de esta dieta como gran variedad de frutas y verduras, aceite de oliva y vino tinto de muy buena calidad.
Ximena Rodríguez
Nutricionista
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872017000100012