Naturalmente, el azufre se encuentra mayoritariamente en verduras crucíferas como el brócoli, la coliflor, las coles de bruselas, nabos, entre otros. En cantidades menores, se presenta en el huevo, ajo, cebollas y cebollín. En la industria alimentaria se utiliza dióxido de azufre, obtenido a partir de la combustión del mineral, como conservador de ciertos alimentos, como aderezos, vinagre, condimentos en conserva, vino, cerveza, productos de panificación, entre otros. En el aire también lo podemos encontrar en forma de dióxido de azufre, pero hay que tener precaución con las cantidades inhaladas, pues podrían generarse alteraciones en las vías respiratorias, producto de los sulfatos y ácidos que éste emite.