Tips Saludables
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Publicado por: Periodista Ximena Alarcón
Fecha: 26 febrero, 2018
Hoy en ViveZana.com te contamos que el asma no es una afección respiratoria que afecta únicamente a los niños, jóvenes y personas adultas. Los bebés también la sufren. Se trata, como veremos a continuación, de una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias, caracterizada por episodios repetidos de obstrucción bronquial.
De hecho, aunque se trata de una enfermedad respiratoria que padecen muchas personas en la edad adulta, existen ocasiones en las que ésta se diagnostica también a edades muy tempranas; tan tempranas, que el asma infantil puede ser diagnosticado incluso poco tiempo después de que el bebé haya nacido, en función de los síntomas que tenga.
En cualquier caso, se considera que el bebé es asmático cuando un niño, menor de 2 años, padece más de dos cuadros agudos respiratorios en los que se escuchan sibilancias, disnea y/o tos.
El asma es una afección que afecta a los pulmones del bebé. Consiste, básicamente, en una enfermedad inflamatoria tanto de los pulmones como de las vías respiratorias, que se caracteriza por ser crónica.
Como de buen seguro sabrás, las vías respiratorias son los conductos que transportan el aire a los pulmones. Cuando existe asma, las vías respiratorias del bebé tienden a irritarse e inflamarse, lo que puede afectar gravemente a su capacidad para poder respirar con normalidad.
Por este motivo es tan importante conocer cuáles son los síntomas de los ataques de asma en el bebé, para prevenirlos y/o tratarlos rápidamente. De hecho, ¿sabías que con un tratamiento médico adecuado y un plan de acción específico para el asma, la mayoría de niños asmáticos pueden hacer una vida prácticamente normal, sin grandes problemas?
Las vías respiratorias del bebé, cuando tiene asma, se tienden a volver más estrechas, de manera que presentará dificultad tanto para inhalar como para expeler el aire de los pulmones. Son habituales las sibilancias, que consisten en una especie de sonido silbante y agudo durante la respiración.
También puede presentarse tos seca, sobre todo en episodios agudos, siendo habitual que al final de cada ataque de tos se escuchen de nuevo los sibilantes. Unido a cierto grado de ahogo (disnea).
Cuando el niño es tan pequeño el tratamiento médico más común -los broncodilatadores inhalados- tienden a no ser tan efectivos, motivo por el cual es habitual que al principio se recurra a medicamentos antiinflamatorios esteroideos.
No obstante, la clave está en descubrir qué factor está desencadenando los ataques de asma en el bebé, para que pueda ser posible así elaborar una estrategia de prevención que ayude a evitarlos. Por ejemplo, si el factor desencadenante es la humedad y los climas fríos, puede ser necesario desplazarse y mudarse a otra zona más cálida.