La OMS recomienda lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, posteriormente aconseja que se complemente con alimentos y se mantenga hasta los dos años de vida. Las guaguas que reciben lactancia materna durante los primeros dos años de vida tienen un menor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas en la adultez.

¿Cuándo empezar?
Se recomienda su inicio en las primeras horas de vida, sin que el lactante reciba otros alimentos como agua u otras bebidas. Lo ideal en un comienzo es alimentarlo sin restricciones de horario, es decir, todas las veces que este lo solicite y evitar la administración de biberones y chupetes. Los primeros días post parto tus mamas liberarán calostro; una sustancia aguada y amarillenta, reducida en grasa y lactosa, pero rica en vitaminas, minerales e inmunoglobulinas, que reforzarán las defensas de tu pequeño.

Con el paso del tiempo, esta sustancia se transformará en leche, adquiriendo una apariencia más blanca y textura más espesa, además aumentarán sus porcentajes de grasa y otros nutrientes que serán esenciales para el crecimiento y desarrollo del lactante.

Beneficios para la madre
La lactancia materna otorga increíbles beneficios a la madre; favorece la recuperación de su peso corporal luego de dar a luz, la protege del cáncer de mamas, ovarios y útero, y previene la aparición de una posible depresión post parto.
Este proceso es una oportunidad maravillosa para cada mujer, además de transmitir a tu hijo/a los nutrientes necesarios para crecer de manera saludable, desarrollas un lazo único. La madre se convierte en la fuente del alimento, conforma parte fundamental del crecimiento del menor, a través de este increíble acto de amor.

Tips para una lactancia materna exitosa
-Elige el lugar perfecto.  Busca un ambiente cálido y tranquilo, en el cual cuentes con un asiento cómodo.
-Amamanta en la posición que más te guste. Elige aquella con la cual te sientas más cómoda y evites sentir dolor de mamas.
-Disfruta este hermoso acto de amor. Contempla a tu hijo/a mientras los amamantas, quiérelo, abrázalo, transmítele tu incondicionalidad, reforzando así la unión entre ambos.
-Integra al padre en este proceso. Invítalo a acompañarte en esta instancia, acaríciense y juntos transmitan amor al menor.

¡Señales de que tu guagua tiene hambre!
– Llanto al despertarse
-Lamido de manos
-Búsqueda de tus pechos