Con la llegada de los cambios de temperatura o el uso de calefacción, nuestro organismo se vuelve más susceptible a contraer diferentes enfermedades respiratorias. El resfriado y la gripe son algunas de las enfermedades respiratorias más frecuentes durante la época invernal. Ambas son causadas por virus, tienen algunos síntomas en común, pero la gripe es más grave ya que puede causar complicaciones que requieren hospitalización como la pulmonía.

Generalmente, cuando padecemos de un resfriado o gripe nos recomiendan consumir ciertos alimentos para mejorarnos y aliviarnos, como infusiones con jengibre, té verde, limón, miel, entre otras. Sin embargo, no existen suficientes pruebas que demuestren la eficacia del uso de estos productos en el tratamiento de la gripe, aunque sí existen evidencias prometedoras del uso de ciertos alimentos en el tratamiento de los resfríos.

¿Qué deben contener tus remedios caseros contra los resfríos?

Jengibre, o ginseng americano: 

Varios estudios han evaluado el uso de esta raíz para la prevención de los resfriados y han concluido que su consumo no contribuye a prevenirlos, pero sí ayudan a disminuir su duración. El jengibre también posee propiedades antibacterianas, analgésicas y antipiréticas. Puedes elaborar una infusión mezclando una cucharadita de jengibre fresco, pelado y rallado, en una taza de agua hirviendo.

Miel: 

Existen algunos fundamentos científicos que apoyan la reputación tradicional de la miel como remedio para la tos, especialmente la tos nocturna en los niños. Al respecto, es importante mencionar que no se debe dar miel a niños menores de 1 año porque podría contener esporas de bacterias que causan el botulismo. En mayores de 1 año no existe riesgo del consumo de miel.

Vitamina C: 

Tomar vitamina C puede reducir la duración del resfriado, por lo tanto, beber una infusión caliente de miel con limón puede ayudarnos a aliviar los síntomas. Además, se ha visto que en población expuestas a breves periodos de estrés físico, como en deportistas, se ha visto una reducción en la prevalencia de resfrío a la mitad con el consumo de vitamina C.

Zinc: 

Puede reducir la duración de los resfriados y disminuir algunos de los síntomas como las molestias a la garganta, goteo nasal y estornudos. Es importante recalcar que estos efectos se observaron con el uso de zinc en pastillas o jarabe, sin embargo, existen alimentos ricos en zinc que se podrían usar como remedio casero. Las mejores fuentes dietéticas de Zinc corresponden a mariscos y carnes. En segundo lugar, se ubican productos lácteos, cereales enteros, huevos, semillas y pescado. En relación a esto, la clásica sopa de pollo con huevo podría ser de ayuda para disminuir la congestión nasal y reconfortarnos.

Probióticos: 

Existen algunas pruebas de que los probióticos podrían reducir la cantidad y duración de infecciones de las vías respiratorias altas, como las del resfriado común. Por lo tanto, el uso de preparados con probióticos o fermentados como el yogurt, kéfir, tempeh, entre otros. Podrían contribuir a mejorarnos.

La importancia de los remedios caseros

Por último, es importante considerar que los remedios caseros pueden ser inocuos para algunas personas, pero no para otras. La edad, estado de salud, circunstancias especiales (como el embarazo, niñez, etc), y los medicamentos o suplementos que tomas podrían influir en la inocuidad de los mismos.

Tener en cuenta que los remedios caseros son sólo una ayuda y no reemplazan el tratamiento médico, además el reposo y aislamiento son importantes para mejorar la salud del enfermo y para evitar el contagio de otras personas.

Ximena Rodríguez

Nutricionista

Fuente consultada

https://files.nccih.nih.gov/s3fs-public/Flu_and_Colds_SPANISH_01-27-2016.pdf