Tips Fitness
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Publicado por: Periodista Ximena Alarcón
Fecha: 1 junio, 2017
10 ejercicios para ponerte en forma con tu bebé. Él se lo pasará bomba y tú conseguirás oxigenar tu cuerpo después del tiempo de reposo.
Necesitas oxigenar tu cuerpo y mente con un poco de ejercicio después del periodo de descanso pero tu bebé demanda toda tu atención. No te desesperes, hay una solución: entrenar con él. Puedes convertirle en el peso que dificulte tus ejercicios desde que empieza a sujetar la cabeza. Eso sí, hazlo cuando el pequeño o pequeña esté tranquilo y no recién comido. Él se lo pasará bomba y tú sudarás lo necesario para cubrir esas necesidades que el cuerpo a veces solicita casi a gritos después de un tiempo oxidado por el descanso:
1. Túmbate bocarriba, dobla las piernas en ángulo recto y coloca al bebé bocabajo sobre tus espinillas. El movimiento sencillo consiste en estirar y doblar las piernas como si fuera un balancín.
2. Para ejercitar los abdominales superiores, el bebé es perfecto porque complica con su peso en el ejercicio clásico de este estilo. Bocarriba con pies bien plantados y rodillas flexionadas, le colocas en la posición en la que va en el cuco, bocarriba apoyando su espalda y cabeza en tus cuádriceps. Le fijas bien manteniendo tus brazos rectos hasta tus rodillas como si fueran dos barras de seguridad y ya puedes hacer el abdominal.
3. Uno cómodo para coger confianza es que simplemente te tumbes bocarriba en la misma posición del ejercicio anterior y cojas a tu pequeño con ambas manos a la altura de tu pecho. Vas a usarle de peso para trabajar los pectorales. Estira tus brazos hacia arriba y encoge hacia tu pecho.
4. Con el mismo ejercicio pero sentada, trabajarás bíceps y tríceps. Elévale y bájale sin apoyarte para que tus músculos estén siempre en tensión. Retén bien la bajada, no aceleres de más, para no hacerte daño. Tú debes estar sentada con la espalda recta y las piernas como te sea más cómodo, por ejemplo recogidas y entrelazadas.
5. Para trabajar la pelvis mantenemos la misma postura inicial. Pero en este caso siéntale sobre tu tripa y eleva las caderas y bájalas hasta apoyar la espalda de nuevo.
6. Subimos el nivel trabajando sentadillas. La básica se puede hacer perfectamente igual que la hacemos en el gimnasio con una pesa agarrada al pecho. En este caso la pesa es el bebé. Sujétale fuerte, pon su espalda contra tu pecho y baja al menos hasta los 90 grados. Glúteos y piernas te lo agradecerán y él disfrutará con el movimiento arriba y abajo. También puedes estirar brazos agarrando a tu bebé de tal forma que te mire a ti y agacharte en esa posición haciendo la misma sentadilla. Así cargarás más peso sobre los brazos
7. Puedes probar con una sentadilla diferente y algo más compleja alternando piernas. Es una zancada en la que una pierna se adelanta dando un pequeño y bajando a ángulo recto siempre evitando que la rótula no pase de la punta del pie. La pierna de atrás, a la vez que das el paso adelante, se dobla hacia abajo. Realízala sujetando delante a tu bebé con ambos brazos como si fuera la pesa con la que a veces complicamos este ejercicio.
8. Cuando el bebé sea más mayor, ya entienda y se sujete bien (y siempre que sea posible con la ayuda de alguien que vigile), puedes intentar hacer flexiones con él sobre ti. Ponle bocabajo sobre tu espalda y baja lentamente para no desequilibrarle. Es un ejercicio duro porque los push ups ya lo son de por sí sin peso.
9. Otro de alta dificultad es realizar el ejercicio 3 de la rutina, el de pectoral, pero añadiéndole trabajo abdominal. Te sitúas bocarriba con piernas juntas y estiradas. El movimiento consiste en coordinar el trabajo de pectoral levantando al bebé con ambos brazos estirados hacia arriba y traer ambas piernas juntas y también estiradas hacia el bebé. Para poder levantarlas debes tirar de abdomen inferior sobre todo.
10. Para trabajar la parte cardiovascular tampoco el bebé es una excusa. El ritmo cardiaco se aumenta por ejemplo subiendo escaleras con él. Dirás que menudo descubrimiento porque te toca cada día pero la idea es hacer bien el movimiento. Espalda recta, con el bebé delante bien apoyada su espalda sobre tu pecho, y subir a un ritmo más rápido de lo habitual.
Realiza 3 series de 15 repeticiones de cada uno aproximadamente, siempre según tu nivel de forma en ese momento. Y si se te queda corto esta rutina de ejercicios, cálzate las zapatillas y apúntate al running junto a tu pequeño. Existen cada vez más carritos específicos para esta práctica. Ya verás cómo disfruta si va despierto y qué rápido se relaja y se duerme también por el movimiento tan rápido del paseo corriendo.
Fuente: Mujer Hoy